miércoles, 18 de enero de 2012

No seas bueno. Sé mejor.

Desde la creación del ser humano, el Amo del universo le dice al primer noájida(Adam) de la historia que debe ser cada día mejor, que no se debe conformar con lo mínimo sino que día a día debe luchar para convertirse en un ser mejor y más lleno de bondad.
En génesis 1:26, D-is dijo: “Hagamos un hombre”. Qué extraño, parece que el Creador y Formador de todo lo existente está pidiendo ayuda, o al menos compartiendo la creación del hombre con alguien más. ¿A quién o a que esta el Todopoderoso incluyendo en la obra máxima de la creación?
Según los sabios de la Torá todos los seres creados por D-is entran en tres categorías: ángeles, animales y el hombre.
Ángeles y animales son polos opuestos, pues los primeros son puro espíritu sin cuerpo y los segundos puro cuerpo sin espíritu (solamente con una parte muy simple de alma), lo cual nos enseña que fueron creados en un estado completo. Por ejemplo: los ángeles no crecen de ninguna forma, y los animales aunque crecen, lo hacen solamente en tamaño y habilidad, pero no en carácter o personalidad.
Pero el hombre es sumamente distinto, cualquier criatura humana crece no solo en tamaño y habilidad sino que atraviesa un proceso de maduración mental, emocional, social, espiritual, etc. Y toda esa maduración lleva un gran esfuerzo personal; aunque tengamos ayuda de padres, maestros, etc. siempre es el hombre el responsable de su propia maduración y crecimiento.
Cuando D-is se proponía a crear al hombre quiso que alcanzara todo el crecimiento personal, que fuera mejor cada día por sus propios esfuerzos, ganándoselo en cada momento de su existencia. Todos sabemos que E-L pudo haber creado al hombre perfecto desde un inicio, ¿o no?
Entonces nos explican los sabios que D-is le habló a esa mezcla todavía informe de tierra y agua y le dijo: “Hagamos un hombre”, tu y YO. Te daré las capacidades, el razonamiento, el poder, la fuerza, etc. Pero al final el avance será tuyo, hasta donde tú quieras llegar. Te pude haber creado perfecto nos dice D-is, pero ese no es mi concepto de hombre, eso no es lo que yo quiero de un hombre.
Así queridos noájidas, en esta primera entrega vemos como prácticamente en el inició de la vida en esta tierra el Santo, Bendito Sea, nos propone ser, de una bella forma socios de E-L en la creación; socios en nuestra propia creación.

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