miércoles, 14 de marzo de 2012

No seas bueno, se mejor # 2

Una de las muchas características  en la que los ángeles y los animales son similares, pero diferentes de nosotros es que ni los ángeles ni los animales tienen libertad para poder cambiar o transformar su conducta.

Por un lado los ángeles son mensajeros de D-is que deben hacer lo que se les manda a hacer sin otra opción. En el caso de los animales sus impulsos internos los dominan completamente; el perro por ejemplo, si tiene sed o hambre, hará todo lo que esté a su alcance para saciarse, y lo único que lo detendrá serán las barreras físicas que no puede superar o el temor al castigo. Tanto así que nuestros sabios en una interpretación nos dicen que a Adam se le dio ese nombre porque se hizo de la tierra, sin embargo los animales que también fueron creados de la tierra se les dio otro nombre “behemá” o ba má que significa: “es lo que es”.

Si comparten la materia prima de su creación, ¿Por qué sus nombres son diferentes? El Maharál de Praga nos explica que el hombre fue el único que mantuvo la cualidad principal de la tierra; la tierra tiene el poder de hacer que las cosas crezcan. Igualmente el ser humano es la única creación capaz de crecer desarrollando sus potenciales (tanto físicos como espirituales); mientras que todas las demás creaciones se quedaron limitadas a lo que son.

El hombre entonces, fue creado para luchar por su libertad, para elegir y guiar sus acciones.

Quiere decir que si alguno de nosotros evita algún acto solo por el temor a la angustia o al dolor; ya sea en el área familiar, financiera, social, física etc.; está actuando en esencia como un animal, evitando algo por el “castigo” que puede recibir.

 Si queremos actuar bien, ser mejores, algo más que un animal, debemos actuar con un parámetro de vida, sin importar lo que esa conducta puede atraer. En nuestro caso las 7 mitzvot se deben convertir en el vehículo que nos lleva por el camino de la vida, y en nuestro parámetro para luchar por ser mejores. Pues la capacidad de ser el amo de nuestros impulsos en lugar de su esclavo es únicamente humana y es nuestra esencia.

 No importa ni siquiera la inteligencia, pues muchos hombres muy inteligentes son esclavos de sus impulsos y tienen su esencia espiritual completamente dormida. Y así el camino espiritual del ser humano es desarrollar el control de sus impulsos para poder utilizar el principal instrumento que se nos dio (el cuerpo) para un fin trascendente.

Pues no solo todo lo que hablamos aquí nos diferencia del animal, sino también la espiritualidad(a menos que alguno haya visto un animal rezando); pero ese es tema para otro día.

Así amigos, sigamos siendo fieles a D-is, pero también tengamos presentes que D-is desde la creación pretendió que fuéramos mejorando día a día, dejando de ser menos animales para ser un poquito más humanos.

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